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Semana mundial del parto respetado: por un cuidado integral


Según la Real Academia Española, la palabra acompañar significa “estar o ir en compañía de otra u otras personas” y “participar en los sentimientos de alguien”.[1] Durante el nacimiento, las mujeres necesitamos que nos acompañen desde esta mirada más contemplativa, que integra no solo los aspectos físicos, sino también los sentimientos, emociones, miedos y fantasías.

Hoy en día estamos acostumbrados a controlar el embarazo, sabemos de las visitas al médico en donde se monitorea el crecimiento del feto, la presión arterial de la mujer, se evitan infecciones, entre muchos otros elementos que el profesional sigue de cerca en cada consulta. Todos procedimientos que se centran en prevenir o curar aspectos físicos. Sin embargo, un acompañamiento integral no solamente “cura”, sino que “cuida”.[2]


Cuando se habla de curar, se hace referencia a intervenciones que implican una reparación. Hay algo enfermo que sanar. Sin embargo, cuidar hace referencia a las prácticas cotidianas que apuntan a mejorar la calidad de vida de la persona. Estos cuidados precisan de un “otro” que se involucre en la situación, es decir que hace falta un vínculo que sostenga este cuidado.[3]

Durante el trabajo de parto, la atención se centra en la salud física del bebé y la mujer, perdiéndose así la multiplicidad de vivencias, miedos y ansiedades que se ponen en juego en uno de los momentos de mayor vulnerabilidad que pueda transitar un ser humano. Se vive desde el control y el monitoreo, con pocos vínculos afectivos que acompañen y sostengan: en definitiva, que cuiden.

Experiencias tan movilizantes y estructurantes en la vida, como puede ser el dar a luz a un niño, dejarán huellas imborrables que tendrán un fuerte impacto emocional en el resto de nuestras vidas. Si se viven desde la soledad y con temor, necesitaremos cuidarnos y fortalecernos posteriormente para superarlo.


Pero si se viven en compañía, con apoyo y sostén, se convertirán en un trampolín de autoestima, inundando a la mujer en esta sensación de: “yo puedo”.

Y esto no dependerá necesariamente del resultado, es decir si el nacimiento se da por cesárea o parto vaginal. Me refiero a cómo se vive y con quien.

El próximo 17 de mayo comienza la Semana Mundial por el Parto Respetado. Una celebración especial por las circunstancias de aislamiento social que estamos viviendo. En esta oportunidad refuerzo la invitación a reflexionar en la importancia del CUIDADO hacia las mujeres, sus recién nacidos y familias, para que la memoria del nacimiento sea un recuerdo que empodere y fortalezca.


[1] Disponible en: ‹http://dle.rae.es/?id=0XSNNQU›. [2] Collière, M. F. (1996). Soigner, le premier art de la vie. Paris, France: Inter Edition

[3] Dayan, J. (2014). Psychopathologie de la périnatalité et de la parentalité. Paris, France: Elsevier Masson.

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