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Dejar los pañales: ¿Aprovechar el verano?

Actualizado: 3 ene 2022

Llega el verano, y con él los días de calor, playa y vacaciones. Algunos padres aprovechan a tomarse días de licencia para estar con sus hijos e hijas. Este escenario parece ser ideal para que los niños dejen de usar pañales. Sin embargo, no siempre resulta una tarea sencilla, y la excusa del verano puede llevarnos a comenzar este proceso antes de tiempo.





Los pañales son un recurso sumamente práctico, ya sean descartables o de tela, nos dan la comodidad de que los bebés no estén ensuciando toda la casa o su ropa a la hora de hacer sus necesidades.


Tenemos la idea de que a cierta edad los niños o niñas ya tienen que estar prontos para usar el baño y dejar los pañales, es una señal de madurez e independencia. En algunas ocasiones con el afán de ayudar, aceleramos los procesos naturales, algo que va en detrimento de su desarrollo. El calor del verano nos hace estar más ligeros de ropa, es más sencillo tener a nuestros bebés sin pañales, y los lavados de ropa se secan con mayor facilidad.


Pero esta comodidad es para nosotros, mamás y papás, y no necesariamente concuerda siempre con el momento preciso para los/as más pequeños/as.

La pregunta clave es ¿Cómo darnos cuenta cuando es el momento adecuado? Hay algunas señales que nos pueden orientar :

- Se puede comunicar. No implica que el niño/a hable perfectamente, pero sí que pueda hacerse entender. Necesita tener la habilidad para comunicar cuando quiere orinar, que pueda expresar sus necesidades y dificultades, así como también comprender al adulto.

- Deseo de independencia. Busca hacer las cosas solo, comienza a decir “yo puedo” o “yo solo”, y no quiere que el adulto lo ayude.

- Imitación. Imita a los adultos en sus hábitos, busca copiar y se lo puede guiar en las conductas “Como hace papi”, “como hace mami”.

- Habilidades motrices. Es capaz de caminar hasta el baño por su cuenta, puede bajarse y subirse la ropa interior.

- El pañal pasa varias horas seco. Esta es una de las principales señales. Implica que comienza a lograr pasar períodos largos sin evacuar, es el primer paso para controlar los esfínteres.

- Edad: Usualmente los niños y niñas comienzan a controlar sus esfínteres luego de los 2 años. El pañal de la noche puede demorar un poco más.


Es importante comprender que el niño/a no APRENDE a controlar esfínteres, es una ADQUISICIÓN evolutiva, es decir que por su propia madurez lo va a conseguir.

Si las señales mencionadas anteriormente se cumplen, dejar los pañales suele ser un proceso sencillo. Se acuerda con el niño o niña que no usará más pañales, cosa que suele ser de gran orgullo para ellos, y se lo acompaña en el hábito de usar el baño.


Si el proceso se torna largo y frustrante, entonces no es el momento indicado. Si necesitamos volver a usar pañales, no hay ningún inconveniente. Es más importante que el niño/a se sienta seguro y respetado, a que se sienta forzado en algo que no está preparado para conseguir.


En este proceso es común ver a los padres con la “pelela” atrás de los niños/as: “¿Querés pichi?”, “¡no te vayas a hacer!”, “vení a sentarte un ratito en la pelela”, “vamos a leer un cuento en el baño”. Este desgaste es totalmente innecesario, cuando nuestro hijo está pronto para controlar, el proceso resulta más sencillo de lo que imaginamos.


Evitemos comenzar este proceso en momentos de grandes cambios o estrés familiar, ya sea en mudanzas, nacimiento de un hermano, comienzo de jardín, separaciones, etc. Si los cambios son estresantes para un adulto, mucho más para un pequeño. Nosotros también estaremos más disponibles emocionalmente en momentos tranquilos a nivel familiar, y podremos acompañar mejor a nuestros pequeños.


¿Mamá y papá están prontos?

Esta es la siguiente pregunta a realizarse. Quizás el niño/a esté pronto, pero los referentes de cuidado aún no. Que nuestro hijo deje los pañales es una gran señal de independencia, ha crecido, ya no es un bebé. También nos enfrenta con tener que respetar los tiempos de nuestros hijos, ya no implica cambiar el pañal cuando el adulto quiere, sino acompañar al niño/a los primeros tiempos cuando él o ella deciden. Quizás estemos saliendo de nuestra casa y se le ocurre que quiere “caca”, o en el mejor momento de la película comienza a gritar “¡¡pichi… pichi!!”. Aceptar los procesos y estar disponibles para sus tiempos es un compromiso que debemos asumir como padres.


En conclusión, más allá de que el verano parece ser una época ideal para dejar los pañales, no siempre es el momento oportuno para nuestro niño o niña. La regla de oro es saber que no es algo que se deba aprender o que nosotros debemos enseñarle, es una capacidad que se adquiere con el desarrollo. Como adultos sólo necesitamos reconocer las señales que nuestro hijo nos da para saber si está pronto o no, y acompañarlo amorosamente en su proceso de crecimiento.



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