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¿Cómo se conserva la leche materna?



Para la conservación de la leche materna los recipientes más recomendados son aquellos de vidrio con tapa de plástico. Asimismo, existen bolsas diseñadas para la conservación de leche. Estas tienen como contra que no son sencillas de manipular y se corre el riesgo de que se pinchen, por lo que deben ser utilizadas con precaución.


Respecto a los tiempos de conservación, estos dependerán de acuerdo con el lugar donde se guarde. Encontrarán que hay diversidad de recomendaciones, según la Norma Nacional de Lactancia Materna (2017) las referencias en nuestro país son las siguientes:

  • En la heladera, se podrá conservar durante 48 horas, teniendo la precaución de colocarla en el fondo de la heladera.

  • En un congelador (heladera de una sola puerta), se podrá mantener durante 15 días, mientras que en el freezer será entre 3 y 6 meses (3 meses feezer de heladera, 6 meses en el fondo de freezer horizontal)


Se recomienda que la leche materna se congele en pequeñas cantidades, de no más de 60-80 ml. Recordemos que una vez que se descongela, no puede volver a congelarse, y si el bebé no lo consume dentro de las primeras 24 horas, esa leche debe desecharse. Al congelar en pequeñas unidades, es más fácil para luego descongelar en la medida justa.


¿Cómo se descongela la leche?


Para utilizar la leche, se puede descongelar a baño maría o bajo el chorro caliente de la canilla. Lo importante es nunca usar fuego directo ni microondas, ya que se desnaturalizan las proteínas.

También se puede sacar del freezer la noche anterior, y así es más fácil calentarla.


Se debe recordar que:

  • La leche descongelada debe mantenerse en el refrigerador y ser consumida dentro de las primeras 24 horas.

  • No debe congelarse nuevamente

  • Al calentarla se sugiere agitar el contenido para homogeneizar la grasa y la temperatura


¿Qué medidas higiénicas se deben tener?


Una higiene correcta será crucial para mantener el buen estado de la leche materna. Para ello se recomienda el lavado de manos con agua y jabón, teniendo especial cuidado en las uñas. El pecho y la areola no deben lavarse especialmente, la ducha diaria es suficiente.

En la zona de la areola existen unas glándulas pequeñas (glándulas de Montgomery) que se encargan de la lubricación, y segregan factores antimicrobianos. Por esta razón es importante no pasar alcohol en gel ni jabón directo en esa zona.


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